Ricos en biodiversidad, reservas de agua dulce, extensas costas con sol todo el año y bosques preservados, los parques nacionales de Brasil ofrecen no sólo un espacio de inmersión en la naturaleza, sino recursos para recibir a visitantes que requieren algún tipo de asistencia
Un promedio de 10% de la población mundial vive con algún tipo de discapacidad, y la mayoría está en condiciones de disfrutar un estilo de vida activo, en saludable contacto con la naturaleza. Brasil cuenta con 145 parques nacionales, que el año pasado recibieron un total de 16, 7 millones de visitas; varios de ellos cuentan con recursos para los turistas con discapacidades.
El Parque Marino de Fernando de Noronha es un archipiélago ubicado frente a las costas de Pernambuco, y una de las áreas de preservación natural más bonitas del país, con una superficie de casi 11 mil hectáreas. El archipiélago alberga una gran variedad de flora y fauna marina, además de la mayor cantidad de aves tropicales del Atlántico Occidental. El acceso a Noronha requiere de cierta planificación, ya que se cobran varias tasas ambientales para entrar, pero el lugar es paradisíaco y con garantía de buen clima todo el año. En su amplio circuito de caminos destaca la pasarela de 943 metros de extensión (construida con materiales ecológicamente correctos) que conecta al mirador de Golfinhos con el de Sancho, y es accesible a personas con movilidad reducida. En Bahía de Sancho hay duchas y baños adaptados, además de una pasarela suspendida para un mejor disfrute panorámico del paisaje y en Bahía Sueste hay un sistema de apoyo para que personas con movilidad reducida puedan nadar en el mar, además de baños adaptados, rampas de acceso y sillas anfibias para facilitar el ingreso a la arena y los chapuzones en las cálidas playas del archipiélago.
Chapada de los Veadeiros, ubicado a 250 km de Brasilia, ofrece un paisaje dominado por múltiples cascadas y llanuras. El parque -uno de los mejor señalizados del país- está ubicado en el altiplano más elevado del centro de Brasil, con altitudes de entre 600 y 1.650 metros, su territorio está surcado por numerosos ríos en medio de la vegetación del cerrado, que aloja más de veinticinco especies de orquídeas y otras plantas regionales; como detalle sorprendente, entre la abigarrada vegetación afloran del suelo cristales de roca. Aunque se trata de un terreno accidentado, es accesible en auto por sus entradas principales y cuenta con senderos suspendidos para sillas de ruedas y cochecitos.
El Parque Nacional de Tijuca, en la ciudad de Rio de Janeiro, es la sede del celebérrimo monumento del Cristo Redentor, emplazado en una colina 710 metros de altura, desde el cual se tiene una vista privilegiada de la “Cidade Maravilhosa”. La mejor opción para llegar para quienes tienen alguna restricción de movilidad son las Vans oficiales (que ofrecen tres paradas para tomarlas) y son adaptadas para quienes usan sillas de ruedas; los autos particulares y taxis no son aceptados en la base del Cristo, a diferencia de las Vans oficiales. Para subir, el lugar cuenta con ascensores y escaleras mecánicas, senderos adaptados para sillas de ruedas, paneles informativos en braille y personal especializado para auxiliar a turistas con necesidades especiales.
Itatiaia, un Parque Nacional de 280 km cuadrados que se extiende por los estados de Rio de Janeiro y Minas Gerais, es un paraíso de cascadas, fauna nativa, lagos y ascensos para trekking y montañismo. El acceso a los senderos es controlado por cupos (hay que anotarse con antelación), y la administración del parque cuenta con sillas de ruedas adaptadas. Para los no videntes, ofrece un sendero sensorial enlazado con un pasamanos de madera, donde con sonidos, olores y texturas (cortezas, piedras, hojas, pétalos, arena y pasto) las personas no videntes pueden recorrer el camino de inmersión en ese paraíso natural.
Finalmente, en uno de los más hermosos monumentos naturales del mundo, las Cataratas do Iguaçu, todos los ómnibus que recorren el parque tienen rampas para sillas de ruedas, rampas (incluyendo la que lleva a la impresionante caída de agua Garganta del Diablo) e incluso el tour acuático Macuco Safari está adaptado para personas con necesidades especiales de movilidad. Si bien algunas rampas son empinadas, todas son accesibles para sillas o cochecitos, salvo una -del lado argentino- que tiene escaleras.
Según el presidente de Embratur, Silvio Nascimento, “las iniciativas sustentables en los Parques Nacionales amplían la accesibilidad a nuestros monumentos naturales para niños, ancianos, padres con cochecitos y personas con discapacidades sensoriales y físicas y seguiremos ampliando las opciones para ese público. Queremos y trabajamos para que nuestros parques, nuestro turismo en general, sea de todos y para todos”.
Como llegar:
Además de la posibilidad de viajar en automóvil (a Foz do Iguaçu, por ejemplo), los demás itinerarios brasileños son accesibles a los argentinos desde vuelos directos que conectan las principales capitales con estos santuarios naturales. Desde Buenos Aires, los turistas tienen vuelos diarios a hubs centrales, como São Paulo y Río de Janeiro, y -desde allí- pueden trazar sus rutas hacia los famosos parques brasileños.
Source: America Do Sul Conteudos
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